Por el
Odio de Otros olvide mis Sueños
¡Por el dolor del encierro,
olvide mi sueños!
¡Por la ansiedad de vivir escapándome de los perversos,
olvide mis sueños!
¡Por la nostalgia del futuro,
olvide mis sueños!
¡Por el odio del vecino,
olvide mis sueños!
¡Por la envidia de los de a lado,
olvide mis sueños!
¡Por el corazón entristecido.
olvide mis sueños!
Adalid
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Me
Olvide de Vivir
Vegete, vegete como un alma en pena,
me olvide vivir,
me olvide de lo hermosa que es la vida,
me contagie del tronco seco que murió sin darse
cuenta,
me indigne de la maldad de algunos humanos,
comí con
temor,
dormí con
miedo invadida de falta de privacidad,
me olvide de la alegría y del mar.
Camine, camine sin descanso,
ocultando mi amargo corazón,
la razón llena de rabia me aconsejaba
¡No te dejes, No te dejes destruir!
Se nublo la ecuanimidad,
mi cuerpo quiso tomar
venganza,
mi alma acallaba del dolor de la injusticia.
Lloré, lloré sin consuelo,
sentí los cielos cerrados por la violencia,
cruel martirio desatado por el odio.
El odio de nuestros enemigos sin motivos,
quemaban nuestros cuerpos por diversión con descargas,
fluidos eléctricos que
nuestras carnes no saben bandear.
Aún cierro los ojos para no faltar al Creador.
Busque, busque quién me ayude,
todos piden lo mismo dinero,
que hoy no tengo, porque estos persiguen mis pasos.
Con ayuda de policías y autoridades corruptas,
que deberían estar
en prisión,
por defender al criminal, al destructor y todo por dinero.
Dinero que no justifica la dureza de sus corazones,
no tienen misericordia de los desprotegidos
y
ni siquiera del que ruega.
Rogué, rogué al
Creador,
sin descanso, ni sosiego,
sin esperanza me pregunto: ¿Hasta cuándo?
He de tener mala gente,
dejar de ser Adalid que a otros pudieran defender,
hasta cuando he de morir poco a poco,
en las manos de mis verdugos.
Que sin motivo y por placer de ver sangre en sus manos,
ellos se mofan diciendo que somos gallinas cluecas...
mujeres desprotegidas en
manos del malvado cruel cazador.
Adalid
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